Si
examinamos un poco el como se lucha contra las enfermedades, hay una cuestión
que resulta curiosa: Hay enfermedades que solo se sufren una vez, y en cambio
otras que se pueden suplir múltiples veces. Del mismo modo, hay enfermedades
contra las que basta una sola vacuna durante nuestra vida, por ejemplo el sarampión,
y en cambio otras como la gripe, requieren una vacunación todos los años.
La respuesta
a esto, está en el funcionamiento de nuestro sistema inmune, y de cómo
producimos anticuerpos, así que en las próximas líneas me dispongo a explicaros
uno de los mecanismo de defensa de las personas contra las enfermedades.
En primer lugar imaginemos que una bacteria o un virus entra en nuestro organismo. Pues bien en nuestro cuerpo, tanto en la sangre como entre los tejidos hay un tipo de glóbulos blancos, llamados macrófagos, que se dedican a "comer" cuerpos extraños. Entre estos macrófagos un tipo particular de ellos, que se llaman "células presentadoras de antígenos". Imaginemos que este tipo especial de macrófago, se come un virus. Pues bien, justo tras esto, lo que hace el macrófago es "trocear" ese virus, irse al timo, y allí, coger DETERMINADOS trozos del virus y "enseñárselos" a todo el mundo, exponiéndolos en su pared celular.
En primer lugar imaginemos que una bacteria o un virus entra en nuestro organismo. Pues bien en nuestro cuerpo, tanto en la sangre como entre los tejidos hay un tipo de glóbulos blancos, llamados macrófagos, que se dedican a "comer" cuerpos extraños. Entre estos macrófagos un tipo particular de ellos, que se llaman "células presentadoras de antígenos". Imaginemos que este tipo especial de macrófago, se come un virus. Pues bien, justo tras esto, lo que hace el macrófago es "trocear" ese virus, irse al timo, y allí, coger DETERMINADOS trozos del virus y "enseñárselos" a todo el mundo, exponiéndolos en su pared celular.
En el timo,
hay un tipo de linfocitos, llamados linfocitos T ayudantes (No se complicaron
la vida con el nombre). Estos linfocitos T ayudantes viven en el timo
felices y contentos, hasta que llega una célula presentadora de antígenos,
enseñando sus respectivos trozos de bacteria o virus. Pues bien, en ese
momento, algunos linfocitos T ayudantes, reconocen ese trozo de bacteria y se
ponen en marcha. Estos linfocitos T ayudantes "activados", viajan a
otras zonas del cuerpo, principalmente el bazo, y los ganglios linfáticos, y
entran allí en contacto con otros linfocitos, (en este caso los B) que estaban allí
"esperando" y ponen a muchos de ellos en marcha para que se
pongan a dividirse producir anticuerpos contra ese trozo de bacteria o virus en
concreto.
Así, los linfocitos B se ponen a dividirse como locos y a crear un montón de anticuerpos. En ese estado, se llaman "células cebadas" o "mastocitos", aunque este segundo nombre se debió a una traducción chapucera del inglés y en español puede producir engaños con el término "mastoloquesea" que normalmente se asocia a las mamas.
Así, los linfocitos B se ponen a dividirse como locos y a crear un montón de anticuerpos. En ese estado, se llaman "células cebadas" o "mastocitos", aunque este segundo nombre se debió a una traducción chapucera del inglés y en español puede producir engaños con el término "mastoloquesea" que normalmente se asocia a las mamas.
El caso es
que tras esto, tenemos un montón de linfocitos B activados, dividiéndose y
soltando anticuerpos a toda pastilla. Lo que hacen los anticuerpos es tener
forma de "Y" y se dedican a pegarse por los extremos a los trozos de
bacteria o virus que el macrófago inicial había presentado. En una sola
bacteria, puede tener en su pared cientos o miles de sitios que sean iguales a
esos trocitos, . Al irse pegando tantos anticuerpos sobre ella, al final
quedara una pelotita de anticuerpos que contiene la bacteria y esta pobre
bacteria no podrá hacer absolutamente nada, solo esperar que llegue un macrófago
y se la coma, o otro destino igualmente trágico de ese tipo.
Al final, desde que el primer macrófago se comió a la primera bacteria, hasta que tenemos a los linfocitos B a tope, pasan entre 4 y 7 días, (que suele ser lo que dura por ejemplo la gripe).
Al final, desde que el primer macrófago se comió a la primera bacteria, hasta que tenemos a los linfocitos B a tope, pasan entre 4 y 7 días, (que suele ser lo que dura por ejemplo la gripe).
Ahora bien.
Una vez que los linfocitos T y B han sido activados, muchos de ellos se mueren
al poco tiempo, pero siempre queda un cierto número de ellos "de
memoria". Por eso, la segunda vez que nos infectamos por lo mismo,
por ejemplo el sarampión, no nos ponemos malos. Simplemente nuestro sistema es
tan rápido en responder a las primeras señales, porque ya tiene activados
algunos linfocitos T y B para esa enfermedad, que no nos ponemos
enfermos.
Ahora es
cuando algunos me decís "vale, pero entonces ¿por que cogemos la gripe
todos los años?". Pues muy simple. los virus de la gripe, y algunos otros
bichos desagradables, tienen la capacidad de cambiar su capa externa cada
muy poco tiempo. Imaginemos que cuando pasamos una gripe, el trozo que enseño
el primer macrófago, y que es contra el que se hicieron los anticuerpos, tenia
forma de C. Pues bien, al año siguiente, el virus de la gripe ha cambiado su
capa externa, y los trozos que tiene en su exterior no tienen forma de C, sino
de G. En ese caso, los anticuerpos del año pasado no lo reconocen,
y simplemente hay que empezarlo todo desde el principio.
Este mismo sistema inmune, es el que aprovechamos para las vacunas. Lo que hacemos con las vacunas es meter en el cuerpo bien las bacterias o virus muertos, que es el sistema antiguo, o bien metemos solo algunos trozos del bicho en cuestión. Este sistema (que es el que se usa actualmente) tiene la ventaja, de que va a emplear el mismo mecanismo, pero al meter solo "trozos", no corres el riesgo de que alguna no este muerta y provoques por accidente la infección.